Los
chistes y colmos son textos pequeños que mantendrán la atención de los niños,
despertarán el interés y la imaginación. Si ellos crean sus propios chistes y
colmos, entonces los resultados serán maravillosos; pues
desarrollarán habilidades al mismo tiempo que se divierten.
CHISTES Y
COLMOS
Éste era un puerco espín que
nació ciego. Un día, caminando por el campo desierto se tropezó con un cactus;
emocionado le gritó:
- ¡Mamá!
Un día el elefante amaneció de
muy mal humor, entonces, al encontrarse en su camino a un ratoncito, se quiso
desquitar con él:
- ¿Te has dado cuento, insignificante roedor, de lo grandes que son mis patas, comparadas con las tuyas?
- Sí, señor.
- ¿Y te has dado cuenta qué grandes son mis orejas comparadas con las tuyas?
- También señor.
- Y ¿no te da pena tener un cuerpecito tan pequeño, cuando el mío es enorme?
- Es que… he estado malito-le contestó el ratoncito.
Era un hombre tan, pero tan
bajito que para bajar de la banqueta lo hacía en paracaídas.
Un niño mira, entre los barrotes
de la cuna, a su hermanita recién nacida que está llorando a todo pulmón.
- ¿Acaba de venir del cielo?
- Así es –le dice la mamá tiernamente.
- ¡Con razón ahí no la quisieron!
Un cuate llega a las puertas del
cielo, y un viejito de barbas blancas le abre la puerta.
- Yo soy san Pedro. Dime, ¿cómo llegaste al cielo?
- Volando. Le pusieron una bomba a mi coche.
¿Cuál es el colmo de un escritor?
Comerse una sopa de letras
¿Cuál es el colmo de un pastor?
Quedarse dormido contando ovejas
¿Cuál es el colmo de una silla?
Tener patas y no poder caminar
Un mosquito le dice a su papá:
- Papá, ¿me das permiso de ir al circo?
- Si, pero ten mucho cuidado cuando la gente aplauda.
La maestra le pregunta a Pepito:
- Oye, Pepito, ¿ya sabes nadar?
- Sí, maestra.
- ¿Y dónde aprendiste?
- Ah, pues en el agua maestra
En un mercado persa el vendedor
pregunta a su cliente que acaba de comprarle una alfombra mágica:
- ¿Se la envuelvo o se la lleva volando?
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